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Cuando se unieron un globo y un bar

Cuando se unieron un globo y un bar

A lo largo de la historia nos hemos chocado con equipos que esconden relatos dignos de contar. Algunos empiezan en el propio césped y otros, como en los clubes más especiales, tienen lugar en los lugares más remotos. En el caso del Club Esportiu Júpiter, se inició todo en un bar. Más que un bar era una cervecería. La Cervecería Cebrián, que se colaba entre las calles de Barcelona a lo largo de una calle en la que hoy luce con resplandor una horchatería. Ha cambiado el espacio y el tiempo, pero no la leyenda. El CE Jupiter nació en la Rambla de Poblenou bajo los mandos de dos obreros escoceses que se reunieron en aquella emblemática cervecería. Lo que jamás debieron imaginar fue que ese club se convertiría en un movimiento social, de lucha y de unión en todo un barrio. El espíritu luchador de ese Jupiter ha servido de inspiración a una generación que con el paso de los años recuerdan con nostalgia.

 

El origen del nombre del club, el Jupiter, viene inspirado por el ganador del concurso de globos aerostáticos que tuvo lugar en la playa de la Mar Bella. Con un nombre y origen especial, sería raro no pensar que la filosofía del club sería también de un carácter singular. Su escudo se ilumina con los colores de la bandera catalana y la estrella azul, algo que en 1936 le trajo más problemas que alegrías. Sin embargo, el espíritu obrero y luchador del club combatió contra las adversidades políticas que trataron de interponerse en el camino del Júpiter. Curiosamente, sus mejores años en lo deportivo, coincidieron en época de represión. El club cambió el escudo en varias ocasiones, desde su fundación en 1909 hasta la actualidad, lo hizo en 6 ocasiones hasta mantenerse a día de hoy con el clásico escudo circular, acompañado de la estrella de cinco puntas, la bandera catalana y las siglas C.E.J (En sus inicios C.D.J). Sin embargo, los cambios de imagen en su símbolo, no alteró el orden social que tanta vinculación tenía al club. Por aquel entonces el equipo abordaba 2000 socios, algo llamativo teniendo en cuenta la época en la que nos encontrábamos. 

 

En ese ambiente de represión, fue el Jupiter un equipo involucrado en la lucha. Sus aficionados usaban los balones para trasladar pistolas bajo el argumento de los viajes del club, ya que por aquel entonces los balones no estaban precintados como ahora. Sacarle provecho a los cordones del balón fue fundamental para colocar las armas desmontadas y así poder acomodar el transporte. La imagen del Jupiter por parte del poder fue la de enemistad. Además, esa visión poco simpática desde los militares hacia el Jupiter se juntó con la consecución del título de campeón de España del grupo B por parte de los de Poblenou. Ese hecho acabaría con un sabor agrio para el Jupiter, que decidió celebrar el titulo junto al FC Barcelona debido a que se forjaron como campeones de España el mismo día. La ceremonia tendría lugar en el campo de les Corts y cuando el himno de la Marcha Real sonó en el estadio, la pitada frenó todo el compás del que era por entonces el himno de España. Las máximas autoridades le cerraron el campo. Sin embargo, aunque el balón no rodara, el Jupiter seguía teniendo algo aún más importante que su fútbol: sus principios.

 

El Jupiter siguió peleando desde la sombra y con su carácter revolucionario. Se comenta incluso que el campo del Jupiter se convirtió en un centro de resistencia contra el Golpe de Estado de 1936. Sin conocer la historia con la veracidad que merece, lo que todos comentaban es que desde aquel campo salieron vehículos dispuestos a combatir contra el fascismo insurrecto. 

 

El Jupiter, siempre fue un símbolo de lucha. Además de tener en sus filas un fiel grupo de aficionados, tuvo siempre unos principios acordes a su filosofía. Algo que, viendo el panorama del fútbol actual, cuesta relacionar. Porque historias como las del Jupiter nos recuerdan que el fútbol siempre ha sido algo más. Ha sido y es lucha. Ha sido y siempre será, el alma de un pueblo.

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