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El ataque soviético que conquistó Europa

El ataque soviético que conquistó Europa

A Henri Delaunay ya le rondaba la idea de crear una competición continental para todas las naciones europeas en los años 20. Por entonces, la Copa América había desesperado en el fútbol sudamericano y en el viejo continente se celebró la Copa Internacional de la Europa Central. Sin embargo en este torneo, formaban participantes en selecciones centroeuropeas como Italia, Suiza, Yugoslavia, Hungría, Austria y Checoslovaquia.
Por muchos intentos e ímpetu que le puso el directo francés su propuesta no llegó a un buen puerto hasta casi tres décadas más tarde. La UEFA fue fundada en junio de 1954 y el nombró secretario general, puesto en el que se mantuvo hasta que sorprende la muerte por una enfermedad incurable en 1955 a los 72 años de edad. Su hijo Pierre le sucedió y con él la idea de la Eurocopa verá la luz de la forma oficial con la primera edición celebrada en 1960 y la fase final con sede en Francia. La UEFA, al ser el gran impulsor de la idea del torneo, bautizó el título entregado como Trofeo Henri Delaunay en su honor.
Como toda competición que se inicia los comienzos no fueron sencillos y para la organización fue duro ver como potentes selecciones europeas del nivel de Italia, Alemania Federal, Suecia o Inglaterra decidieron no disputar la Eurocopa de 1960. Con estas bajas la lucha por el título dejado más abierta aunque entre las favoritas partían Francia, España, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia y la URSS.

La selección soviética en la Eurocopa

La URSS cuartofinalista en el pasado Mundial de Suecia 1958 tuvo un gigante bajo palos como Lev Yashin en la portería y estaba dirigida por Gavriil Kachalin, un antiguo futbolista del Dinamo de Moscú que como seleccionador soviético ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne en 1956 Arriba, en el frente de ataque, acumulaba además mucho desborde, calidad y olfato de gol. Los soviéticos desplegaban un juego muy mecanizado pero efectivo. La prensa occidental escribió que su fútbol era de laboratorio, programado y científico. Pocos alardes y apenas espontaneidad. En el predominante la fuerza y ​​el físico aunada con la precisión desplegada en la zona ofensiva. En esa parcela se encontraban Valentin Ivanov, Valentin Bubukin y los jóvenes Slava Metreveli, Viktor Ponedelnik y Mijail Meshki que no pasaban de los 24 años.
Desde el extremo diestro partía Metreveli del Torpedo de Moscú, un magnífico diablo en la banda por su velocidad, su calidad, su dominio del balón, su regate y su atrevimiento para encarar. En el interior derecho Ivanov, “one-club men” del Torpedo de Moscú, era un futbolista extraordinario y está considerado uno de los mejores de la historia de su país. Un genio imprevisible, realizaba jugadas inesperadas y lograba ver huecos donde no los había. Un creador de juego excepcional, con gran claridad en el pase y una ejecución perfecta. El punta Ponedelnik del SKA Rostov no posee gran velocidad pero si una buena técnica y enorme potencia. Se colocaba muy bien en el área y buscaba el remate con rapidez y sin ningún tipo de adornos. A su izquierda Bubukin del Lokomotiv de Moscú era otro buen armador de juego pero algo lento que suplía este inconveniente con su agilidad mental y su técnica. Pudo seguir jugando al fútbol tras un incidente en Indonesia en 1950 en el que llegó a estar muerto clínicamente al recibir un balonazo en un partido amistoso con su club. Por último Meshki del Dinamo de Tblisi desempeña la función de extremo izquierdo destacando sobre todo por su estilo deslumbrante, bonito, desequilibrante y creativo. De esta forma se ganó el apodo del "Garrincha georgiano". Por último Meshki del Dinamo de Tblisi desempeña la función de extremo izquierdo destacando sobre todo por su estilo deslumbrante, bonito, desequilibrante y creativo. De esta forma se ganó el apodo del "Garrincha georgiano". Por último Meshki del Dinamo de Tblisi desempeña la función de extremo izquierdo destacando sobre todo por su estilo deslumbrante, bonito, desequilibrante y creativo. De esta forma se ganó el apodo del "Garrincha georgiano". 

Metreveli, Ivanov, Ponedélnik, Bubukin y Meskhi.

Esta mítica delantera debutó un par de meses antes de la Eurocopa en un amistoso frente a Polonia. En ese duelo Kachalin ya descubrió un ataque que podría dar enormes alegrías al país. A los polacos les cayeron siete tantos en Moscú, tres conseguimos por Ponedelnik, dos por Ivanov y uno de Bubukin y Metreveli. Pero fue en semifinales (tras dejar en el camino en primera ronda a Hungría y en cuartos a España) del Euro contra Checoslovaquia que sería subcampeona mundial dos años después cuando el quinteto se consagró en el equipo nacional. Metreveli y Meshki desde las bandas resultaron imparables para sus marcadores Safranek y Novak y ahí fue donde la URSS comenzó a ganar el choque. Los goles presionaron el sello de Ivanov con un primer tanto al batir por bajo a Schrojf y el segundo al regatear al arquero y fusilar a puerta vacía,

En la final celebrada en el Parque de los Príncipes se vieron las caras con Yugoslavia, una selección extraordinaria en el que jugaban figuras como Dragoslav Šekularac, Milan Galić, Dražan Jerković o Fahrudin Jusufi y que para los analistas era la favorita. Sin embargo en el terreno de juego no contuvieron la fuerza soviética. El cuadro se adelantó en el marcador y el técnico soviético tuvo que confiar en su líder diera la vuelta al resultado. Tras el descanso la URSS arrolló a los balcánicos y Metreveli aprovechó un rechace del arquero Vidinic a tiro de Ivanov para poner el empate. Pese a las acometidas soviéticas y tras desaprovechar varias ocasiones claras para ganar en el tiempo reglamentario el encuentro se fue a la prórroga.Y fue ahí donde surgió el "Garrincha georgiano" en una excelente jugada por banda para profundizar,

El quinteto ofensivo se consolidó dos años más en la selección y resultó claves para la clasificación de su selección al Mundial de Chile. Su mejor rendimiento se realizó en el doble enfrentamiento frente a Noruega. En Moscú se impusió por 5-2 con tantos de Bubukin en dos ocasiones y Metreveli, Ponedelnik y Meshki en una. Por su parte en la capital noruega voló a ganar el partido con las dianas de los dos extremos y el delantero centro.

El capitán soviético recoge el trofeo

Escrito por Alberto Cosín

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